El tiempo parece transcurrir en calendario vampiro para Fernando Rodney, lanzador que continúa ampliando su repertorio de éxitos en momentos donde las puertas del retiro parecerían estar más cerca que nunca.
El derecho exhibe una gran efectividad para las entradas finales, emplazando a sus rivales tras lanzar 21 entradas de tres carreras limpias y 13 imparables permitidos en todo el curso del actual torneo de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM).
“La Flecha” inscribe su nombre entre fenómenos de escasa ocurrencia por la naturalidad del juego de la pelota y el bate, luciendo números de estelar cuando se sobrepone a la curva de envejecimiento entre peloteros, manteniéndose dominante a sus 45 años de edad.
Este rendimiento no es propio de una casualidad, tratándose de un jugador cuyo lanzamiento principal (recta de cuatro costuras) transcurre con facilidad por encima de las 92 millas por horas, logrando con el mismo que la oposición termine realizando un swing en blanco en el 33 por ciento que se dirige con este al plato.
Rodney suele retar a sus rivales en una alta proporción con su bola rápida, aunque la tunelización con sus otras armas de linchamiento es lo que lo lleva a continuar con un rendimiento superlativo en el muy difícil circuito dominicano.
El oriundo de Samaná se apoya en un cambio de velocidad que se diferencia a su recta por más de 12 mph como arma secundaria, una opción que parece lucir imbateable para la ofensiva al registrar una tasa de abanicados del 52 por ciento, siendo este el punto más luminoso de su arsenal.
Esta combinación es lo que lleva al dominicano a la gloria pese al paso de los años, además de crear una agradable reputación a su alrededor tras mantenerse haciendo cosas atípicas sobre la lomita para un pelotero que se encuentra en el camino de las cinco décadas de vida.
Lo hecho en Lidom es solo un agrandado para Rodney, recordando su paso por los Toros de Tijuana en su más reciente temporada en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), escenario en el que alcanzó la reluciente marca de 22 juegos salvados al completar 39 innings de labor.
Las manecillas del reloj continúan su paso sin que nada las detenga, aunque parecen alentarse ante la presencia del quisqueyano, navegando con éxito 23 años después de iniciar su carrera como jugador profesional.
